martes, 29 de marzo de 2011

Mozart y la aritmética musical (3)

Aquí estoy de nuevo con Mozart. Hoy os contaré algo sobre su influencia en Beethoven, que aunque de sobra conocida, nunca deja de sorprender.

La Sinfonía 40 es posiblemente una de las más conocidas, y como todo el mundo sabe, consta de 4 movimientos (como todas las sinfonías). Aquí se ve el tema principal del movimiento final



Y aquí, el tema donde Beethoven retoma la tonalidad inicial después del Scherzo del tercer movimiento de su 5ª Sinfonía



Estos dos temas, aunque están en tonalidades diferentes, son el mismo, y se puede comprobar oyendo uno a continuación de otro






Además, no sólo este tema, sino 29 compases completos del final de Mozart están copiados tal cual por Beethoven, incluso en su partirura original.
Esta sería una más de tantas razones por las que estas dos sinfonías son quizá las más conocidas en la historia de la música.

Esta influencia que ejercía Mozart en los músicos de su tiempo (y posteriores) está más que justificada, teniendo en cuenta varios motivos, uno muy importante, su perfecta arquitectura armónica, y otro no menos importante, fué un niño prodigio.
Beethoven, como tantos otros, en su infancia tuvo que oir muchas veces a su padre la misma frase : -Tienes que estudiar mucho más, si no, nunca llegarás a ser un prodigio como Mozart-
Pero a Beethoven no le hacía falta que lo obligaran, porque también desde niño ya demostró que era un genio de la música, la llevaba dentro de su alma,  no en vano, su famosa Novena Sinfonía vio la luz cuando ya estaba casi completamente sordo.

Y por qué digo todo esto, pues por algo que es totalmente razonable y lógico, la formación de un artista siempre ha estado condicionada a estudiar lo que otros artistas anteriores ya han creado. En el caso de Mozart, hay que tener en cuenta que fue un genio muy precoz y a su vez, sus obras se podrían considerar en su conjunto como un compendio total de las leyes de la armonía, su obra entera se puede utilizar con un fin didáctico (lo mismo que ocurre con Bach).
La mayoría de los músicos han "bebido" de Mozart, y lo siguen haciendo actualmente, es inevitable. El hecho de que Beethoven utilizara o copiara temas y compases en alguna de sus obras, es precisamente la prueba de que para aprender música hay que estudiar a Mozart (en sentido puramente didáctico, o académico).

Y a donde quiero llegar con todo esto, pues aquí, a dejaros mi personal forma de ver la diferencia entre estos dos genios: "Beethoven tenía la música en su corazón, Mozart la tenía en su cabeza".

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